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sábado, 25 de febrero de 2017

Tarea de tunante

Llega el momento de salir, quedo con mis amigos  para ir en metro todos juntos a Madrid, ya en el metro vuelvo al ataque, esta vez ya les tenía presentes cara a cara yo sabía que les costaría más darme un no rotundo como el anterior, pero no cometería el error de antes, de ir directo al grano, ahora
empezaría preguntándoles, ¿Que tenéis pensado hacer el fin de semana que viene?. Uno a uno las respuestas iban surgiendo de sus bocas más rápido de lo que yo pensaba. Uno que si tenía que ir a trabajar, otro que si eran los quintos en su pueblo bla,bla,bla,bla . Después de oír todas las escusas decido no contarles mi brillante plan, pero a uno de ellos le pica la curiosidad y me pregunta ¿porqué  preguntas eso? al parecer este no había leído el grupo, pero le vuelvo a explicar mi plan de ataque, con detenimiento: la cosa es que me quiero ir a ver un partido de rugby a Roma que se juega el domingo que viene, yo puedo ir solo al partido pero me gustaría que alguien me acompañara y así veríamos la hermosa capital Italiana, sería de coger un vuelo el viernes y volver el lunes para aprovechar todo el tiempo posible, todo asegurando que no te gastarás más de 300 €, claro está, haciendo el sacrificio de perder clase esos días.Tras contárselo se da cuenta de que es una hazaña de las que contará cuando sea abuelo a sus nietos, sentado en una butaca mientras ellos le rodean  sentaditos en el suelo con cara de admiración. Pero hay algo que no termina de convencerlo, el echo   de hacer un desembolso de tal magnitud, pero en el fondo se que se moriá de ganas de embarcarse a la aventura. El metro para en tribunal, alli nos bajamos y nos dirigimos a malasaña donde estaban esperándonos con una cerveza, la cordobesa con mi compañero y compañera de clase, buscamos un local decente donde ir y nos metemos yo creo en el que es considerado el mejor que había en la zona, según nos decián los rrpp de por allí. Nada mas entrar sentí que me habían engañado como es natural en los rrpp, pero no se como siempre acabamos cayendo en su trampa, la música, si se podía denominar así era un ruido que parecía siempre el mismo, era monótono y encima imposible de ser cantado, tarareado o seguir el ritmo de alguna manera, ¡ era horrible!. Vamos a la barra y descubrimos a la persona que nos salvaría aquella noche. Un camarero despistado y con un hervor de menos. El tío no nos cobro ni una sola copa de todas las que tomamos en las 3 o 4 horas que estuvimos en aquel lugar. A la salida del pub o discoteca o lo que fuera ese sitio, fuimos mis compañeros y yo ya que a mis amigos los había perdido, a un chino a comprar unas cervezas. Mientras se fumaban un cigarro y nos bebíamos la cerveza me vino a la cabeza el plan de Roma, y pensé en que a lo mejor podría convencer a mis compañeros, volví a la táctica utilizada anteriormente con mis amigos en le metro que resulto no ser efectiva, solo para levantar la curiosidad a uno de ellos, pero yo tenía la corazonada de que en algún momento funcionaría. Les pregunto a los tres ¿Que tenéis pensado hacer el fin de semana que viene?. Una compañera Samanta me responde que nada interesante, el otro compañero Carlos me dice que tampoco es más me dijo que el finde ese ya no trabajaba. Pero la cordobesa Vero, me dice que se va a su pueblo. Asi que con toda mi ilusion en el cuerpo decido pasar a la tecnica de crear curiosidad o tambien llamada del pescador. Les lanzo la caña diciéndolos a los tres que tengo un plan del que no podrán olvidar jamas pudiendo superar con toda seguridad a cualquier otro que puedan tener, los tres muerden el anzuelo, pero para asegurar mas expectación en Vero, solo cuento al oído el plan de fin de semana en Roma a Samanta y a Carlos. Los dos sueltan un si redondo de aprobación, haciendo que a Vero le pique aún más la curiosidad, preguntándome con intriga cual es mi super plan, pero yo me abstengo a contárselo a menos que ella renuncie a irse a Cordoba ese finde semana. Tras un rato de espera y de pensárselo mucho renuncia a irse a su pueblo y yo seguidamente procedo a contarle la aventura que podriamos vivir los cuatro en Roma, tras contárselo sin pensarlo dos veces me dice que si. En ese momento una oleada de emoción atravesó mi cuerpo y los abracé a los tres. No se si serian las copas que llevábamos encima ya, pero sentía que un plan loco que se pasa por la mente  en una tarde de aburrimiento, podría hacerse realidad.

3 comentarios:

  1. No se quien está más loco, si tu por invitarnos a ir o nosotros por ir... ¡Gran viaje!

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  2. Sigo teniendo envdia de no haber podido ir...

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  3. A mi también me da mucha envidia, he visto varias fotos y sobran las palabras de lo bien que lo habéis pasado!

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